Tras un año particularmente complicado y que no nos ha permitido terminar en un campamento de grupo con todas las unidades, finalmente hemos podido completarlo a pesar de los nervios de la preparación y en medio de mucha incertidumbre, disfrutando de una actividad maravillosa.
Por ello debemos en primer lugar agradecer a los padres el apoyo que nos han prestado hasta el último momento sin el cual hubiera sido imposible haber llevado la ronda a término.
Por un lado la manada de Nuestra Señora de Fátima, bajo una jefatura muy numerosa formada por Akela, Baloo, Bagheera y Kaa (Yuliya, Amaya, Blanca y Sifiya); pero extremadamente joven y con limitada experiencia, que sin embargo ha demostrado ser la combinación perfecta, actuando en todo momento como un bloque unido guiadas por la amistad, el espíritu de servicio y el amor a sus lobatas que han dejado patente en cada actividad. Bravo! Nos habéis demostrado claramente que sois nuestro futuro y que la mejor apuesta que podemos hacer sois la gente joven... Nuestras jóvenes lobatas se han desenvuelto en la selva como una manada unida y feliz demostrando una inquietud y una iniciativa fuera de lo común que ha sido aprovechada y fomentada por sus viejas lobas.
Por otro lado la tropa, gracias a la entrega de su jefe Pablo, y el impagable apoyo de Juan Carlos, Comisario Federal adjunto de la Federación, hemos conseguido una vez más que el campamento sea esa gran aventura que hace que nuestros jóvenes sean algo más y estén siempre alerta frente a la vida. Las olimpiadas, las veladas, la peregrinación, el Gran Juego donde han recorrido las distintas poblaciones de la comarca enfrentándose a continuas pruebas caracterizados como miembros de diferentes ordenes de caballería. La exploración en Mombeltrán, y como no, la construcción de sus rincones de patrulla, (plataformas sobre los árboles para dormir, mesas, mochileros, etc...) y la prestación de diferentes servicios dentro de su Patrulla y del campamento por poner algunos ejemplos de las actividades realizadas.
La presencia durante la mayoría del campa del P. Ángel Villaplana nos ha permitido no sólo disfrutar de Servicio Religioso la mayor parte de los días, sino que cada uno de los chicos y chicas hayan recibido una atención espiritual personal.
Finalmente nos vemos en la obligación de hacer una mención a la Compañía de Nuestra Señora de Fátima que finalmente no pudo participar en el campamento ya que el escaso número de Guías hacía inviable el programa preparado. Tras un año muy bien trabajado en el que se han preparado a conciencia ha sido una decisión difícil y frustrante que en parte queremos compensar con una actividad potente en los próximos días que han preparado Ana y Gemma para ellas.
