domingo, 4 de octubre de 2015

Sobre las navajas

Dada la importancia de este tema queremos comentar el enfoque que como adultos tenemos que tener a la hora de permitir a los niños manejar navajas y machetes diferenciando muy claramente como afrontamos este asunto en las distintas edades.
El scout no es un superviviente, durante sus campamentos adapta el entorno natural a fin de transformarlo en un lugar cómodo y habitable y para ello utiliza herramientas. Durante la época en que es lobato estas herramientas se encuentran necesariamente bajo el control de sus Viejos Lobos y el niño las utiliza bajo su supervisión y en función de la cualificación que cada lobato tenga. El niño en ningún caso tiene herramientas propias, sino que estas pertenecen a la manada. En esta edad es muy raro que un niño posea una navaja y cuando esto ocurre suele ser un elemento sencillo y de pequeñas dimensiones; a la hora de la verdad esta navaja es para el lobato simplemente un signo de status al ser algo a lo que niños de estas edades normalmente no tienen disponibilidad y que solo suelen tener aquellos que se encuentran más avanzados en su progresión, pero que desde un enfoque práctico no tienen necesidad de poseer no siendo bueno ni deseable que los niños “juegen” con objetos que claramente suponen un riesgo para ellos y para sus compañeros.

En Tropa y Compañía es muy diferente, las herramientas están bajo el control de la patrulla y pertenecen a esta. No es el jefe quien las controla, sino los propios Scouts y Guías, que ya se considera tienen la capacitación y responsabilidad suficiente para manejarlas. Así cada patrulla tiene su equipo de herramientas, que puede contar con elementos como mazos, sierras, palas, buriles, martillos. El uso de esas herramientas implica un cierto grado de riesgo que se asume en aras de la responsabilidad que se otorga a los muchachos y como elementos necesarios dentro de las técnicas de construcción. Hay una herramienta que sin embargo no forma parte del equipo de la patrulla sino que es individual que es la navaja siendo habitual que los niños la lleven como parte de su equipo personal, y aquí es muy importante entender que dicha navaja en nuestro entorno scout es eso, una herramienta que nos sirve para acciones como cortar cuerdas, afilar estacas, y si tiene complemento de sierra, cortar ramas finas. La navaja normalmente les es proporcionada por los padres, y creemos que tenemos que hacer algunos comentarios al respecto de la misma dado el riesgo implícito (y legal) que conlleva.

Lo primero que tenemos que tener claro a la hora de proporcionar al niño una navaja es el uso al que esta se va a destinar. Los párrafos anteriores están enfocados principalmente a dejar claro que esta es simplemente una herramienta y nada más, y por lo tanto sus características y dimensiones deben adecuarse a este uso. En el aspecto legal, navajas con doble filo, automáticas, o de hoja superior a 11 cm. entrarían a considerarse como armas blancas y su posesión es ilegal incluso para un adulto. Está asimismo prohibido por la ley su traslado, exhibición y uso fuera del domicilio, del lugar de trabajo, o de las correspondientes actividades deportivas.

 Igualmente, los scouts no van a participar en actividades de supervivencia extrema ni van a cazar animales salvajes, los machetes de supervivencia o cuchillos de caza que en ocasiones nos hemos encontrado con que algún niño ha llevado a las actividades son siempre desaconsejables cuando no ilegales y por nuestra parte no se permitirá la participación de ningún niño en una actividad en el momento en que tengamos conocimiento de que está en posesión de un objeto no adecuado. Finalmente indicar que la posesión de una navaja determinada por parte de un niño es un tema a valorar en el que además se deberá tener en cuenta el grado de madurez y progresión del mismo, y en ningún caso considerar el hecho de que ‘otros niños las tengan’.

Ya entrando en el tema de que navaja debemos proporcionar a los niños una vez que hemos decidido hacerlo, como punto de partida no tendremos que tener en ningún caso en cuenta ‘lo que otros niños tienen’, que siempre será lo más grande y brillante del mercado. Primero, debemos comprarla en un establecimiento que sepa que es lo que vende, es decir, nosotros tal vez no tengamos conocimiento de que es lo más adecuado al uso que vamos a darle pero el profesional que nos la proporciona sí que tiene que tener ese conocimiento. Lo primero, debe ajustarse a las características que la ley establece, lo segundo debe ser segura, por tanto debe tener un seguro que garantice que no se producirá un cierre accidental de la misma, y para terminar, debe ser una herramienta de calidad y ajustada al uso que vamos a darle. Sin entrar en marcas específicas si aconsejaremos herramientas de fabricantes de garantizado prestigio que suelen tener modelos de gran calidad a precio asequible, y huir de los modelos de aspecto pseudo-militar y muy bajo precio que suelen venderse para el gran público.